miércoles, 4 de noviembre de 2009

Giorgio Agamben - ¿Qué es un dispositivo?

Las tesis que considero existen en este texto giran ambas en función de lo que es un dispositivo, la primera lo que Agamben entiende que es un dispositivo para Foucault, y la segunda lo que es un dispositivo para él.

TESIS 1

Dispositivo es el término con que Foucault “interpreta” o actualiza la positividad heredada de Hegel, para establecer la relación entre los individuos como seres vivientes y el elemento histórico, es decir, hablamos de una red que tiene varias propiedades como:

  • Existe entre los elementos de un conjunto heterogéneo de que incluye discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas, brevemente lo dicho y también lo no-dicho.
  • Está siempre inscrito en un juego de poder
  • Están vinculados con una herencia teológica

TESIS 2

Dispositivo es cualquier cosa que tenga de algún modo la capacidad de capturar, orientar, determinar, interceptar, modelar, controlar y asegurar los gestos, las conductas, las opiniones y los discursos de los seres vivientes, en definitiva un proceso de hominización sagrado.

PREGUNTAS

¿De qué manera se puede cumplir o ejecutar esta estrategia propuesta por Agamaben, por la cual podemos liberar lo que ha sido capturado y separado por los dispositivos para devolverlo a un posible uso común, para profanarlo en definitiva?

¿Cuál es el límite (si es que lo tiene) de un dispositivo?

10 comentarios:

  1. El dispositivo está formando una red entre actantes (humanos y no-humanos), es decir, las personas, lo material, lo simbólico, lo impensable.

    Una red es dinámica y cambiante, por lo que, al trabajar con todos los elementos anteriormente mencionados, hace posible la puesta en marcha de un objetivo frente a una necesidad creada o que apareció de imprevisto, para conseguir un efecto a partir de los "otros" y en relación con los "otros", lo que determina la acción del sujeto y confiere sentido a sus acciones.

    Para saber si hay un límite en el dispositivo, es preciso hacer una retrospectiva en la historia para comprender cómo se construyó poco a poco el entramado de la red y llegar a la realidad en la que vivimos.

    ResponderEliminar
  2. Pues parece ser que la salida que propone el autor es la del juego, este es el único que desestructura la carga de poder que el dispositivo les confiere a los objetos, y los profana, los libera, y los deja libres al uso de los hombres-y de las mujeres-. Y con el juego, el tocar, que como describe Agamben sucede en el sacrificio "es suficiente que los que participen en el rito toquen estas carnes para que ellas se conviertan en profanas y puedan ser simplemente comidas. Hay un contagio profano, un tocar que desencanta y restituye al uso lo que lo sagrado había separado y petrificado" (Agamben, 2005:33) El juego, y esta es una idea poderosa que se sustrae del texto es una nueva forma de uso, de sentido, que la humanidad puede otorgar a los objetos, es una invitación a dejarse tocar por el absurdo y darle nuevos usos a las cosas, a las palabras, al cuerpo, a las doctrinas.

    Ahora, ¿cuál es el límite del dispositivo? Al ser una forma particular de relación, de tejer red entre diversos elementos, o al ser aquello que captura, el límite del dispositivo podrían encontrarse justamente allí donde nuevos juegos se establecen, donde aparece una distorsión, y nuevas formas de uso se establecen. Sin embargo, el limite no significa la desaparición del dispositivo sino probablemente, siguiendo a Wittgenstein, la aparición de un nuevo juego y con ello probablemente un nuevo dispositivo... cabria entonces otra pregunta ¿hay dispositivos mejores que otros? ¿Es preferible dejarse capturar por unos y no por otros?.

    ResponderEliminar
  3. Agamben menciona a la profanación como una salida al dispositivo, esta profanación operacionalizada como lo dice Tania a partir del juego. El autor recuerda entonces el origen sacro de algunos juegos -el ajedrez o el trompo, por ejemplo-, y la manera en que estos, y otros juegos "elimina[n] el rito y deja[n] sobrevivir al mito (Agamben, 2005:34). Es decir, haciendo una suerte de subversión en la utilización de todo lo que nos rodea -entendiendo que todo es dispositivo, pues todo está impregnado y puesto en función al poder-,estaríamos repensando y resignificando el dispositivo, dándole la vuelta, y sólo tal vez, escapando a dicho poder.
    En cuanto a la pregunta dos, si la reproducción de la vida está desde el inicio permeada, capturada y determinada por el o los dispositivos, a todas estas formas y artefactos que conducen nuestra vida -comenzando por el lenguaje siendo este el dispositivo más antiguo-, ¿Cómo definir un límite? Desde mi perspectiva no hay tal límite, buscarlo no sería lo mismo que buscar elementos extradiscursivos?

    ResponderEliminar
  4. Estoy de acuerdo con mis dos compañeras acerca de la propuesta de Agamben sobre la conexión que se genera entre lo sagrado y el juego como una forma, el juego, de ritualizar lo que ha sido separado del hombre (humano/a) para a partir de este restituirlo, es decir profanar...Siempre entendido ese juego como el ritual a través del cual se logra esta restitución,en la vida cotidiana, la nuestra una manera de restituir el dispositivo a lo humano (siendo el mismo entendido como lo sacro, que ha sido separado de la voluntad del ser humano) es, desde mi punto de vista, buscar las conexiones que los dispositivos generan, y en este sentido situar las actorias de todos los elementos, humanos y no humanos (desde Latour) que integran estos dispositivos. Me parece que ubicando las redes de los dispositivos desacralizamos en algo a los mismos, y a su vez en ese sentido las profanamos.
    Por otro lado, en relación ala segunda pregunta, los dispositivos según Agamben forman parte de la "hominización" en tanto aparatos que reconfiguran constantemente al ser humano, desde, me atreveria a pensar, que la primera tecnología, sea el fuego o la palabra fue inventada, descubierta o como quiera llamarse, sin embargo me parece importante mas allá de pensar en los límites de los dispositivos el buscar en qué momento de la historia humana los sacralizamos, en el sentido de Agamben o los purificamos como lo llama Latour, es decir el momento en que se separó al ser humano de la naturaleza. Y a partir de esto describir para comprender lo que esto significó para los seres humanos.

    ResponderEliminar
  5. Respecto de la primera pregunta, si Agambem propone una profanación, no lo hace en el sentido estricto, teleológico o teológico. Más bien es un llamado de atención al espíritu de la ciencia. La profanación solo puede ser en la medida en que liberemos esa aura sagrada al conocimiento y se plantee un conocimiento del conocimiento para, de esa manera, desactivar los dispositivos.
    EL dispositivo no es sagrado, y si se lo considera así, es porque el ser humano así los ha naturalizado.
    EL límite de un dispositivo, intentando responder a la segunda cuestión, es la toma de conciencia del SUJETO como SUJETO no sujeto al dispositivo de turno. Es decir, aunando a la anterior respuesta, los dispositivos hacen de nuestra vida una novela que se ve reflejada en un curriculum, según lo plantea el grupo 12, del cual no podemos salir.
    Sin embargo el saltar de dispositivo en dispositivo rompe con los límites del mismo.
    Henry N.

    ResponderEliminar
  6. Para ejecutar la estrategia de Agamben, como bien dicen mis compañeras, se requiere resignificar los usos de las herramientas del dispositivo, los componentes de las redes de éste, a partir del juego. Es decir al desacralizar aquellos espacios que, así se hayan naturalizado, son considerados lugares intocables e incuestionables, es posible atreverse a pensar en un método activo para desestabilizar la red del dispositivo y permitir que se generen grietas desde donde se replantee la estructura formal de éste. Es decir la propuesta nos permite pensar en posibilidades “reales” de reconstrucción de la estructura de poder, no podemos salir del dispositivo pero si creo que es posible replantearlo haciendo de sus herramientas espacios profanos que permitan el análisis desde el mismo sujeto sobre la posición de este dentro del dispositivo. Es un circulo donde al convertir lo sacro en un juego, este se rearma y replantea su posición permitiendo que las piezas se muevan en nuevos sentidos. Podría decirse que el juego es la única posibilidad social para reestructurar las redes del dispositivo. Es una herramienta de ruptura, no para construir nada nuevo sino para permitir hacer del dispositivo una red móvil que aunque no podemos salir de ésta si podemos pensar en reposicionar sus pilares para permitir nuevos espacios de pensamiento social.

    Contestando a la segunda pregunta considero que el dispositivo en si no tiene limites. De lo que yo entiendo como dispositivo éste es más un concepto abstracto dentro del mismo sentido, más practico foucaultiano de panóptico. Es decir esta en todas partes, incluso en nuestros cuerpos y es desde esa abstracción que mira pero no se deja mirar y desde donde ejerce su poder de control. Los limites no existen porque se extiende en todos los espacios sociales, no sociales, materiales y mentales, intocable pero presente en las relaciones sociales, en lo arquitectónico y en todo lo que nos rodea y lo que nos hace actuar de una u otra manera. No existen limites porque el dispositivo es el abstracto mecanismo que vive en el sujeto y para el sujeto a favor del control y el poder social.

    ResponderEliminar
  7. En palabras de Foucault “el dispositivo se halla pues siempre inscrito en un juego de poder, pero también siempre ligado a uno de los bornes del saber, que nacen de él pero, asimismo lo condicionan” en este sentido los discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas, brevemente, lo dicho y también lo no-dicho enunciados por Agamben, nos dan la pauta para entender que, el dispositivo busca otras formas de saber; su uso y significado nos introduce a un juego de conexiones entre lo humano y no humano, permitiendo re-significar la realidad social. En este sentido, me atrevería a decir que, el juego de la re-significación viene a ser la “estrategia de poder” que permite de-construir y construir nuevas formas de pensamiento, rompiendo así con aquellos paradigmas instituidos como hechos dados, que limitaban otras formas de pensamiento. En cuanto a la segunda pregunta, es necesario decir que el dispositivo como tal, es “inconmensurable” puesto que, puede inscribirse y utilizarse desde varios órdenes sociales, su interpretación e interacción, surgirán según los contextos y sentidos cognitivos del sujeto.

    ResponderEliminar
  8. No creo que un dispositivo tenga un límite que pueda ser definido y encontrado, porque por un lado el dispositivo constituye y norma nuestra construcción de manera consiente e inconsciente. Es decir que los límites del dispositivo son difíciles de definir porque hemos interiorizado y naturalizado a dicho dispositivo y por tanto no podemos diferenciarlo.

    Creo que el dispositivo puede ser entendido (desde Khun) como un paradigma que se da por diversos acuerdos biopolíticos y para que dicho dispositivo deje de funcionar debe haber una crisis que permita el surgimiento de un nuevo dispositivo, por lo tanto creo que es imposible definir sus límites.

    ResponderEliminar
  9. Estoy de acuerdo con que el "juego" es una forma en la cual se puede "profanar" un dispositivo y modificar su manera de operar en los sujetos en los que lo hace. Sin embargo, creo que es clave entender a un dispositivo como un entramado más dinámico que contiene líneas de fuga que van a la vez afirmando y desafiando las relaciones de poder (en este sentido estos esfuerzos serían parte misma del dispositivo). El juego como "desafío" a la unidad o efectividad de un dispositivo tampoco es una "libre" resemantización de los elementos de un dispositivo, sino que responde a otros elementos físicos, arquitectónicos, discursivos, culturales, eso "dicho y no dicho", que configuran nuevos dispositivos que articulan las actitudes, valores, formas de pensar y de sentir de los sujetos que pretenden "salirse" de un dispositivo. Esto nos lleva a la segunda pregunta sobre si existe un "límite" en un dispositivo. No existen "límites" propiamente dichos en el sentido de que uno no puede estar "por fuera" de esos límites, sin embargo creo que un dispositivo siempre está expandiendo esos límites en función de las líneas que componen y a la vez modifican ese dispositivo. Si se "profanan" eficazmente los elementos de un dispositivo, el resultado es un nuevo dispositivo con elementos nuevos que condicionan y articulan las subjetividades operando de la misma forma que el dispositivo anterior. Creo que decidir si preferimos habitar uno u otro dispositivo es un juicio de valor, pero me atrevería a pensar que si un sujeto o actor se ubica en la posición de modificar las "reglas" de un dispositivo y tiene éxito, es porque por alguna razón dentro de esa subjetividad (que cabe recalcar fue "producida" por ese dispositivo), prefiere las condiciones en las cuales habita el nuevo dispositivo.

    ResponderEliminar
  10. 1. Cito lo dicho por Agamben: “Esto significa que el juego libera y aparta a la humanidad de la esfera de lo sagrado, pero sin simplemente abolirla”... Me parece que queda bastante explicitado por el autor, su argumento de que es posible profanar los dispositivos a través del juego. Todo aquello que nos ha sido impuesto por cohersión y que finalmente ha sido asumido como natural y por ende imposible, o por lo menos difícil, de enfrentar y cambiar, solo aceptar, impide que se de paso a la “pureza de la razón”, entonces con el juego, de la misma manera como los niños al hacer uso de cualquier trasto viejo, transforman en juguete aquello que pertenece a otras esferas consideradas como serias y se apropian de algo que les es mostrado como lejano o ajeno, encontrando la felicidad con esto, se puede profanar lo sagrado, lo impuesto y lograr esa felicidad que ha sido puesta en otra esfera y que nos es ofrecida por el poder como algo externo. En definitiva, el hombre recupera nuevamente el control de sus decisiones, esa pureza de la razón.

    2. Según el autor señala, el dispositivo está inmerso en un juego de poder, entonces en un sentido Laclauniano, se podría decir que los límites del dispositivo son los impuestos por la dinámica misma de ese juego de poder, es decir, esos límites estarían establecidos por todo aquello que es excluido por los dispositivos pero que al mismo tiempo los ratifica. Se me hace muy análogo a lo planteado por Laclau, en “la razón populista” en donde habla de una cadena de equivalencias y una cadena de diferencias enmarcadas dentro de unos límites establecidos frente a un excluido que a su vez ratifica al sistema, las diferencias al interior de este se disuelven en cadenas equivalenciales. Esto marca la posibilidad de un significante vacío que al liberarse de todo vínculo con significados particulares, puede significarse a sí mismo como totalidad, es decir, posibilita la construcción del discurso hegemónico (Laclau:2006).

    ResponderEliminar