jueves, 3 de diciembre de 2009

Cine, performatividad y resistencia. Apuntes para la crítica del documental indigenista en Ecuador.

Christian León

Síntesis
En el texto se analiza dos documentales indigenistas considerados paradigmáticos, realizados en el Ecuador en 1979 y 1980; respectivamente. Producciones que van de la mano del proyecto de nación de los mestizos que se apoyaba en estrategias de modernización y se encontraba en tensión con el naciente movimiento indígena.
Así se propone investigar las contradicciones sociales y políticas planteadas al interior del texto fílmico indigenista a la vez que busca explorar los actos performativos de dominación y resistencia étnica ocultos en la representación (322).
Es importante identificar que el autor plantea al documental indigenista como un mecanismo de producción del sujeto indígena en tanto "otro", inferior y lejano (324).

Tesis Principales
A) Considera al documental indigenista como un revelador caso donde "la imagen opera con una fuerza performativa creando aquello que muestra" (323). Siendo así, "el documental indigenista puede ser caracterizado como un aparato semiótico y polítco de dominación, orientado a la dominación de la diferencia étnica y cultural a través de una acción performativa de producir sujetos. Cuyo funcionamiento radica en su capacidad de producir efectos de sujeción a través del lenguaje visual" (324).

B) "El límite del discurso indigenista" es claramente visible en estos documentales cuando "un sujeto indígena que habla desde un lugar de enunciación radicalmente distinto al que el narrador mestizo y la cultura occidental le asignaron" (328) evidencia las plenas capacidades de agencia y discurso del indígena que ha sido expuesto como un sujeto pasivo, subordinado e incapaz de representarse.

C) Esta "interpelación indígena ejerce una performatividad capaz de resistir a las representaciones coloniales construidas desde la conciencia mestiza y desdibujar el sujeto producido por el régimen de representación indigenista" (333).

Preguntas de análisis
¿Puede una enunciación realizada por el sujeto subordinado ser muestra suficiente de su capacidad de agencia, si después de su interpelación no existe cambio alguno en su realdad social, política ni cutural?

¿Se podría considerar que el imaginario mestizo de nuestra sociedad hacia los indígenas construido en la década del 70, es una construcción mediática? de ser así, ¿el movimiento indígena fue una muestra de aquel: "resto del otro que no es procesado por el relato indigenista"(332) dominante?

15 comentarios:

  1. 1) La sencilla enunaciación del sujeto subordinado por sí misma no expresa su capacidad de agenciamiento, sin embargo, sí constituye una manera de develar los lugares de enunciación desde los cuales se está construyendo el discurso dominante, es decir, hace visibles las estructuras de poder existentes que finalmente llegan a ser los sujetos de enunciación de esos discursos con la intencionalidad de mantener al “otro inferior” que sostiene ese poder.

    Como ya lo hemos discutido en clase, una forma de deconstruir esos discursos dominantes es haciendo una especie de “genealogía”, como lo dice Foucault, que permita descubrir cuáles son, por qué se producen, en qué momento histórico se producen, cómo se producen, etc., esos discursos de poder y de alguna manera ir desarmando los estereotipos y desnaturalizando las miradas.

    Por otra parte, puede que para muchos realmente no se vea ningún cambio en la realidad social, política y cultural de los pueblos indígenas, sin embargo, desde 1979 y 1981 hasta la presente fecha, a mi modo de ver se han producido importantes cambios y luchas, ya no auspiciadas por aquella “intelectualidad ilustrada que asume el papel de abogar por el indio”, sino desde su propia organización y con su propia voz.

    2) Me parece un tema complejo sobre todo si no se tiene conocimiento de cómo se ha dado el proceso del movimiento indígena que va mucho más allá de las construcciones mediáticas que recibimos día a día. Sin embargo, especulando un poco, podría decir que: 1) El imaginario mestizo sobre los indígenas no sólo es una construcción mediática en tanto los medios de comunicación forman parte de una estructura de poder; 2) me parece que si bien podría pensarse que son una muestra de ese resto que no pudo ser procesado por el relato indigenista, el hecho de que reprodujeran ciertas prácticas similares a las que se dieron y se dan en otros movimientos políticos, da muestra de que están reproduciendo los mismos discursos y prácticas dominantes, lo que los ha colocado en la misma situación de crisis en la que se encuentran los otros grupos políticos del país.

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  2. En relación a la segunda pregunta creo que ésta encarna dos asuntos, en un primer momento hay una inquietud por el origen del imaginario mestizo hacía los indígenas en la década del 70, al respecto considero que esta mirada se construyó en el establecimiento de un orden social fuertemente racializado que venía ya instituido desde la primera época de la colonia, y en donde los mestizos construyen su propia identidad con el deseo de ser blancos y con el rechazo a su condición indígena, como vimos en clase, esto hace que acojan los rasgos deseables de lo blanco y entren en conflicto con su parte indígena que castigan, oprimen. Lo que propone el texto de Christian león es que con la emergencia de la intelectualidad de izquierda de la décadas de los 70 es que se construye una representación del sujeto indígena desde otro lugar de la representación dominante, el lugar del pobrecito, el desgraciado, el infantilizado al que hay que redimir. Sin embargo, esta representación no es en sí misma una construcción mediática de la década de los 70, ya existía en el ámbito de las relaciones sociales.

    Lo que se propone en el texto de Christian León es que en el cine indigenista se muestran a su vez dos procesos, uno de representación, en el que la mirada dominante del intelectual ecuatoriano se deja ver a través del relato fílmico, es decir, de su lugar de enunciación; y a su vez, se da un proceso de performatividad en la que por el poder de la tecnología audiovisual, y gracias al montaje, se crea al sujeto indígena al mostrar aquello que para el común de los ecuatorianos mestizos es invisible, es decir, cómo se saca el hielo, cómo se transporta, cómo se da la cotidianidad en el páramo. Ver y crear esta realidad es posible gracias al dispositivo mediático. Allí hay tanto representación como creación de este sujeto indígena a los ojos del mestizo, y hay lo que podríamos llamar un happening mediático, es decir, elementos de performatividad de la imagen, una creación que solo es posible con la mediación de los dispositivos audiovisuales.

    No obstante, el proceso de creación es más amplio, pues en el film se crean tanto al nuevo subalterno agente, como al nuevo mestizo agente, pues ambos se constituyen en los restos no procesados del sujeto subalterno/dominante emergen y se corporalizan en el relato fílmico indigenista, son los límites temblorosos de ambos sujetos los que se miran con el rabillo del ojo y se performan el uno al otro.

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  3. Sobre el texto quiero resaltar uno de los aspectos teóricos de este que me parece constituye un aporte nuevo frente al tema de la performatividad del lenguaje, se trata del planteamiento que incluye el autor citando a Buttler sobre la condición de perversión de los actos del habla, y propongo que podamos ampliar este concepto en la clase. Al respecto dice el texto en las páginas 331-332:

    “Frente a la presunción constante de que el indígena está privado de sabiduría y conciencia, la entrevista realiza un acto que contradice este argumento. Esto es lo que la pragmática denomina como una contradicción preformativa: “un acto del habla que en su propia actuación produce un significado que reduce aquél otro acto que intenta realizar” (Butler, 2006). Si el acto preformativo constituye la forma de operación del poder a través del discurso, los agenciamientos subalternos se presentan como acciones discursivas que no corresponden con el orden productivo del poder. Se manifiestan como usos perversos del poder preformativo que lo vuelven en su propia contra”.

    Con relación a la primera pregunta, desde la perspectiva de la performatividad del lenguaje la enunciación del subalterno es ya un cambio que se opera tanto a nivel simbólico como a nivel material, pues desde las miradas más radicales de la filosofía del lenguaje no hay materialidad que no esté soportada en el lenguaje, la enunciación del subalterno no solo representa y performa en el soporte mediático es en sí mismo una materialidad que ocurre situada en el tiempo y en el espacio, tanto del relato fílmico como happening como en el tiempo espacio históricos. En ambos ejemplos fílmicos la enunciación de los subalternos no solo representa sino que crea una nueva identidad, el subalterno aparece ante el enunciador y ante sí mismo como símbolo ambivalente, agente, resistente.

    En ambos casos fílmicos y más claramente expresado en el documental sobre el Chimborazo, al establecer una relación entre pragmática del lenguaje y praxis en la “realidad social, política y cultural” del subalterno, la enunciación de este no aparece como causa de una transformación material, más bien, aparece como la consecuencia de cambios sociales que ya se estaban operando, subterránea, aún no visible, pero de forma muy elaborada al juzgar por el lenguaje y la claridad de la construcción del discurso de la mujer indígena. Esta voz que pone en circulación el enunciado del subalterno parece anunciar que las bases sociales de agencialidad para la emergencia posterior del Movimiento Indígena ya estaban en construcción en ese momento.

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  4. Respecto de la primera pregunta bien se la puede ver desde los anteojos de una interculturalidad solapada. Es decir, las películas descritas en el documento de Christian León intentan dar cuenta de una subjetividad inherente al indígena como sujeto capaz de agenciamiento. Pero lo que los productores logran es reflejar un paternalismo intelectual del blanco mestizo respecto de su alter-ego, en este caso el indígena.
    Por tanto plantear un cambio en su realidad, a través de la enunciación, huelga de utópico. Y esto en base a la mismas imágenes que el filme relatado en el documento, y en las imágenes proyectadas; el indígena está en plena capacidad de desestructurar discursos. Ejemplo de esto es la opinión de la joven indígena que da un vuelco a todo el discurso blanco mestizo al plantear una "contradicción performativa".
    Respecto de la segunda pregunta, no. No, el imaginario del mestizo de los 70,80,90 y el de este milenio, no es producto mediático. Mas bien me atrevo a decir que es una consecuencia histórica social.Por tanto la segunda parte de esta pregunta se queda casi sin piso. Debido a que la cita, en la pregunta, hace referencia a la capacidad preformativa -performativa-del discurso. Por tanto mal haría en reducirlo a un otro desprovisto de una identidad ya sea que forme o no parte de un movimiento. Sino leamos en la misma cita, lineas más adelante, lo que se dice "La fuerza ilocutiva del sujeto indígena señala una alteridad fuera de control que hace trastabillar la máquina ventrílocua descrita por Andrés Guerrero" Un indígena que no necesita del blanco- mestizo-raciocinante "moderno" para ser tal.
    H. Nacimba

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  5. Para apoyar lo que dice Tania quisiera recordar un dato que tengo a la mano, de pura casualidad este día, y es que la televisión ecuatoriana produjo la primera señal en 1959 por parte de la radioemisora HCJB, pero no es sino hasta 1970 que aparece una telivisora de caracter nacional (antes había una en Quito y otra en Guayaquil pero eran muy locales), lo que significa que, que su influencia era aún mínima hasta esa época y que este imaginario mestizo hacia lo indígena está ubicado en otro lugar de enunciación, pensaría yo desde estos fetiches culturales construidos a partir de la plástica, por ejemplo, con el indianismo que produjo una visión folclórica y costumbrista del indígena y luego con el indigenismo que, si bien es cierto fue un movimiento de denuncia o quiso serlo, por decirlo de alguna manera, a partir de 1930, a la postre lo que consiguió fue exponerlo en exceso en su crudeza, es decir "crear lo que estaba mostrando", inviertiendo con ello el efecto que se quería conseguir y en lugar de humanizarlo se lo representó, como dice Tania "en el lugar del pobrecito, el desgraciado, el infantilizado al que hay que redimir".

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  6. Dentro del marco de la primera pregunta creo que es importante diferenciar rupturas discursivas y cambios conceptuales. Es decir creo que la enunciación del sujeto subalterno constituye un tipo de visibilización de los limites del dispositivo foucaultiano que permiten ir moviendo poco a poco los pilares de la estructura de poder discursiva dominante. El cambio en la realidad social se va dando me parece cuando el discurso dominante se ve expuesto en su vacío conceptual, es decir cuando de alguna manera el enunciado subalterno mina las categorías naturalizadas en la mente del espectador. Hacer evidente al dispositivo es una acto político de deconstrucción de las categorías de dominación social. Entonces, volviendo a la pregunta no considero que exista un cambio social eminente y claro post enunciado pero si considero que se transforma la visión discursiva dominante poco a poco permitiendo visibilizar las grietas discursivas de control y poder social.


    Considero que el imaginario se construye mediante mecanismos de representación de las categorías dominantes para apoyar el discurso social de control. No se hasta que punto el cine pueda considerarse un medio que instaure ciertos discursos sino más bien como dice Christian León en el texto, el cine de los 70´s construye una VISION desde el mestizo intelectual sobre la condición del indígena que permite delimitar ciertas categorías de dominación sobre “la desgraciada raza indígena” (Leon, 2009:323). El cine se convierte entonces en el reflejo y en la herramienta performativa de una condición social de relaciones de poder, que al representarse permite visibilizar estas matrices de dominación ejecutadas en el binario del “letrado” y el “analfabeto” para delimitar así el discurso nacionalista del “ciudadano civilizado”, pero irónicamente también reafirman al discurso de exclusión y dominación. El cine indigenista de los 70´s se convierte en una paradoja discursiva que al visibilizar y “dar voz” al indígena también reafirma su espacio de subalterno y lo encasilla en la negación de si mismo. Se convierte en el discurso del exotismo donde la afirmación del otro lo transforma en alteridad negada, en la construcción mestiza del no-ser. De tal modo, ambos documentales como dice Tania, reafirman más bien los espacios de enunciación que se venían generando para construir las bases de una lucha del Movimiento Indigenista, pero aun considero que al igual que muchas luchas de grupos “minorías” este tipo de enunciaciones discursivas visibilizan pero también han logrado afianzar al discurso de dominación. La propuesta entonces de lucha debería ser que el discurso no solo debe ser deconstruido por los Movimientos Indígenas sino reformulado como lo hace la misma mujer indígena en el documental de Elhers “Cuando la entrevistada considera al quichua como la lengua materna de los ecuatorianos, adjudica al indio una conciencia bilingüe que lejos de ser minoritaria puede transformarse en el fundamento de la Nación. Al mismo tiempo transforma el sujeto letrado que maneja el idioma español en un analfabeto que desconoce su propia historia.” (Leon, 2009:331) Descolonizar la mirada consiste en dar la vuelta a la visión del subalterno para posicionarla como eje del discurso dominante, ese es el acto político que debe ser implementado en las luchas de reivindicación social.

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  7. Yo creo que en relación a la primera pregunta, una enunciación realizada por un subordinado no tiene la capacidad de agencia en sí misma, porque representa una realidad no hegemónica que muy probablemente esté limitada y estereotipada por los poderes; es decir, en muchas ocasiones el subordinado enuncia hasta lo que un sistema le permite, y por tanto, el enunciado y su agencia es limitado. La enunciación de un subordinado puede responder a la norma y a los parámetros impuestos por parte del poder, y por consiguiente, no tiene fuerza de cambio social.
    Considero que los cambios sociales y la agencia de los subordinados no se pueden limitar al enunciado, sino que se debe construir todo un movimiento social e ideológico que represente al grupo subordinado y permita los cambios en la estructura social.

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  8. El lugar de enunciaciòn del indìgena es totalmente distinto al lugar que le asigna la cultura mestiza y occidental; por tanto situarse en otra esfera, es una forma de revelarse. A partir de reubicarse los indìgenas se muestran con un discurso ligado a la reinvindicación, la ancestralidad, la ritualidad, y su vínculo con la naturaleza. A la par de este proceso surgen tambièn los discursos desde la dirigencia indìgena, un discurso ligado al reposicionamiento polìtico, social y con poca coherencia teòrico pràctica. De esta manera el indìgena es sacudido doblemente, uno por el discurso dominante que le ratifica en su condición de marginalidad a travès de acciones performativas en donde la figura indìgena se muestra desprovista de conciencia e imposibilitada de acciòn politica y segundo, sacudidos por el discurso de una dirigencia que los somete y los obliga a adentrarse en otro sistema.

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  9. En los filmes se muestran manifestaciones que representan la angustia e indignación del indígena donde las palabras e imágenes no tienen un completo control; además de que lo que muestran no es suficiente, el indígena como sujeto pasivo y derrotado que no tiene capacidad de representarse a sí mismo, desprovisto de todo discurso y acción política, incluso de su dignidad, indicando un presente de miseria, ignorancia y explotación desde el punto de vista del mestizo; por lo tanto, no puede ser muestra suficiente de su capacidad de agencia, ya que hay otros elementos que no se han tomado en cuenta pues como enuncia Bhabha: “el sujeto habla y es visto desde donde no está”.(2002:68), lo cual, nos lleva a colocarnos en el sitio del subalterno (indígena) y mirar las cosas desde esa perspectiva, y nos daremos cuenta que los efectos sociales que se produzcan no serán predecibles ni entendibles. Sin embargo, ante esa realidad del otro, el indígena logra conseguir un espacio y una representación dentro de la escena nacional con representación política que se mantiene hasta hoy.

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  11. Me parece que la idea de agenciamiento que siempre la vamos a relacionar o medir en tanto cambio social, como dice la pregunta, en relación a... es decir siempre midiéndola o relacionándola con algún paradigma, el paradigma que habitamos es decir en el eurocéntrico, por lo tanto, siempre pensar que la reivindicación social debe ser gestionada por sujetos agentes y esta reivindicación debe encaminar a "calidad de vida, desarrollo" desde el modelo centralizado históricamente, significa que no hemos pensado en la posibilidad de que exista otra forma de reivindicación y agenciamiento, propuesto o construido desde otras visiones, desde otros lugares de enunciación, y ahí me parece muy útil lo que menciona Christian en su texto la descolonización de la mirada, del poder, es útil en tanto critica, en tanto pone en evidencia los lugares de enunciación desde los que se ha partido para decirnos cómo debemos ser a dónde debemos apuntar, cómo debemos producir, cómo debemos ver.

    Es interesante percibir que desde los dos productos visuales que observamos se mantiene, a partir de la construcción del indigenismo, como movimiento de “reivindicación” en la idea del "buen salvaje" al que hay que proteger está presente con firmeza.
    Por las características que tiene el indigenismo podría leerse como parte de la matriz colonial, cuya voz construyó un otro; un indígena con carencias, limitado, entre otras características, además de la racialización, elemento vinculado a tales características. Esta matriz se engendra en la colonia, y que persiste y se reproduce a nivel microsocial, primero en la familia, luego en la escuela en la sociedad ecuatoriana hasta hoy.

    El indigenismo surge a la luz de los movimientos políticos de izquierda que nacen a inicios del siglo anterior, sin embargo el discurso continua teniendo como eje la construcción del indígena desde la visión del mestizo, así podemos ver en la producción literaria indigenista los intentos de recuperar al indio como el personaje sometido y explotado por las aristocracias blancas un ejemplo de esto es en el país Huasipungo de Jorge Icaza.

    Esta construcción del indio que atraviesa este movimiento desde la mirada del mestizo, quien, como dice Tania, niega lo que tiene de indígena, parte justamente de haber ubicado al indígena en el lugar de “no sujeto”, citando a Barriendos. Y, es a partir de esa mirada, que se piensa lo que debería ser la reivindicación indígena, es a través de esa mirada mestiza con matriz colonial, eurocéntrica que se aplican los planes de desarrollo de los 70 y 80, los mismos que fracasan porque no toman en cuenta la voz de los indígenas como actores, reafirmando la idea de buen salvaje al que hay que civilizar, el que es incapaz por inmaduro, por inocente, recalcando el que el indigenismo surge desde esencialidades construidas por el mestizo.

    Ahora, el dispositivo mediático audiovisual, como dice Edison, no estaba aun tan desarrollado y no tenía la penetración necesaria para generar un imaginario indígena, pienso más bien que son otros procesos los que coadyuvaron a que los y las indígenas empiecen a empoderarse políticamente, son procesos como el desarrollo de la radio popular, como comentó Gissela en otro espacio, los procesos que emprendió Monseñor Leonidas Proaño los que han ayudado al empoderamiento político del movimiento indígena, sin embargo el momento que se asumieron a la lógica política occidental-tradicional, surge lo problemático mencionado por Sandy, una suerte de inconsistencia, un no estar, un sin camino.

    No podemos pensar al mundo indígena desde la lógica occidental, pues hacerlo es reducirlo a las mismas categorías que propone occidente, me parece necesaria la deconstrucción del discurso indigenista y el comprender que la historia de nuestro país debe atravesar por esa deconstrucción para aceptarnos diferentes, y aceptar nuestra matriz indígena.

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  12. Concuerdo con el comentario de María. Como comenté en clase, el concepto de "exclusión" es eurocéntrico en la medida en que los sujetos excluidos lo están con respecto al sistema dominante occidental, capitalista o como se lo quiera llamar. Es la exclusión del desarrollo, de la "ciudadanía", del consumo. Creo que el lenguaje cinematográfico que se presenta en los documentales analizados enuncia desde un lugar extremadamente paternalista, y aunque busque cierto tipo de reivindicación, la performatividad-preformatividad del lenguaje en este caso opera bajo la misma lógica binaria de la exclusión desde un punto de vista occidental y la creación de un "otro" que "nunca quisiéramos ser". Así, se crea, mediante el discurso, sujetos lejanos, "inferiores", desgraciados e incapaces de articular sus propias reivindicaciones sin la mediación de los mestizos "salvadores".
    De aquí surge un debate interesante que ya lo hemos tenido en clase, y es sobre la validez de visualizar la operatividad de un dispositivo en quienes se encuentran en posición de desventaja frente a ese dispositivo, y las consecuencias que puede traer. En primer lugar es cierto que el nombrar la diferencia (incluso en términos reivindicativos) tiene el poder de acentuarla o legitimarla. Sin embargo, creo que la pseudo-estrategia de "no nombrarla" es extremadamente peligrosa, ya que los dispositivos en juego que causan las situaciones de desventaja a ciertos sujetos pueden invisibilizarse y operar de manera más inconsciente, con resultados negativos para esos sujetos (que pueden ser la legitimación de políticas neoliberales y discursos relativistas). Finalmente, estamos en una etapa de búsqueda de estrategias para que, como dijimos en clase, se disocie el término "diferencia" del concepto de exclusión.

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  13. Las intenciones de realizar un documental del indigena ecuatoriano, estan enmarcadas en la visibilización de sus problemas, carencias y forma de vida, es decir mostrar al "otro", sin embargo , coincido con María al afirmar que estas enunciaciones parten de una mirada eurocentrista.
    Esta visión del otro hace que el trabajo del documental se limíte y nos impida conocer al sujeto de la enunciación y de tal manera comprenderlo, por lo tanto lo reduce y limíta a un sujeto subordinado y servil al poder

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  14. Históricamente, los indígenas del Ecuador han enfrentado procesos de “discrimen, opresión y racismo” que se han manifestado en varias esferas: política, cultural, social, racial y económica (Cfr. Macas, 1992:21). En este sentido si consideramos, el año en el cual se produce este video 1980 – 1981, se podría decir que el sujeto subordinado “indígena” no poseía agencia, y si “posiblemente” la poseía, sólo estaba dado, desde sus propios espacios indígenas, los mismos que no tenían eco y mucho menos participación en los espacios de opinión pública del país. Sin embargo, esta idea poco a poco se ha ido reestructurando a medida que este grupo “marginado”, se emancipa y pide que su inserción en los distintos espacios de opinión pública de la nación.
    En la actualidad se podría decir que, el indígena desde su lugar de enunciación, y bajo sus derechos colectivos del 98, y reafirmados en la Constitución de 2008, el acceso de este grupo social, se inscriben como un agencia participativa en los medios de comunicación en igualdad de condiciones y como voceros de la diversidad cultural.
    Con respecto a la segunda pregunta, posiblemente, los medios enunciaban la posición y condición del indígena desde esas épocas a través de los comunicados de prensa, radio televisión, que aunque estaba en una etapa incipiente, éstos si llegaban a reproducir varias noticias de carácter social. Es así que, se cree que paulatinamente esta idea de lo imaginando, “el otro” (indígena) se lo relacionaba con paros, bloqueo de carreteras, marchas, justicia indígena, fiestas culturales y folklor, y más aún si en esas épocas existía un malestar social, como lo fue la aparición de la “Ecuarurani” movimiento que luchaba por la reivindicación del pueblo indígena – campesino, este tipo de acontecimientos y sumado el grado de “protagonismo”, los medios simplemente lo reproducían desde sus discursos de poder. En este sentido el indígena no era considerado como sujeto que genere opinión pública.

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  15. Para responder a la primera pregunta, en primer término yo introduciría una diferenciación de orden conceptual, que apunta a discernir entre la agencia de los sujetos por un lado, y las posibilidades o las condiciones de posibilidad de modificar un status quo determinado, por otro.
    En ese sentido, diría que efectivamente los sujetos subordinados (los indígenas en el caso concreto que analizamos) pueden tener voz (y de hecho la tienen en muchos casos) y pueden articular enunciados o discursos políticamente muy bien pensados, pero el nivel de incidencia política para influir en ciertas estructuras hace parte de otro análisis, que tiene que ver con los dispositivos que operan hace más de 500 años como parte de la matriz colonizadora. En este punto, creo que si bien ha habido avances que hay que destacar aún queda mucho camino por recorrer.

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